En una trágica noche de Jueves Santo, hace casi 22 años, Juan Aguirre sufrió un accidente que lo llevó al borde de la muerte y le arrebató la movilidad de sus piernas. Sin embargo, esta tragedia marcó el comienzo de una segunda oportunidad y una extraordinaria muestra de resiliencia que lo llevó a realizar su sueño de convertirse en abogado penalista en Mendoza.
El accidente cambió su vida para siempre. Trabajando como oficial de policía en Mendoza, el impacto de un choque dejó a su compañero fallecido y a él con graves lesiones, incluida una lesión medular irreversible que lo confinó a una silla de ruedas. Su recuperación fue lenta y ardua, pero el amor de su familia y su propia voluntad de vivir lo impulsaron hacia adelante.
Tras despertar del coma, recibió la devastadora noticia de que nunca volvería a caminar. A pesar del dolor y la desesperación, se aferró a la vida con determinación y coraje. Con el apoyo de su familia y amigos, se embarcó en un viaje de rehabilitación física y emocional que lo llevó a aceptar su nueva realidad y a encontrar fuerza en la adversidad.
Juan se sumergió en sus estudios de derecho y, a pesar de enfrentar numerosos obstáculos, nunca renunció a su sueño de convertirse en abogado. Después de años de esfuerzo y sacrificio, finalmente logró obtener su título y abrir su propio estudio en su casa en Tunuyán, Mendoza. Su historia es un testimonio inspirador de la capacidad humana para superar la adversidad y encontrar significado en la lucha.
Además de su destacada carrera como abogado penalista, Juan Aguirre se encuentra frente a un nuevo desafío: liderar la Fundación Juan Aguirre. Con el mismo espíritu de superación que lo llevó a cumplir su sueño de convertirse en abogado, Juan está comprometido a ayudar a aquellos que enfrentan desafíos similares al suyo. La Fundación Juan Aguirre busca brindar apoyo emocional y recursos prácticos a personas con discapacidad, inspirándolas a perseguir sus sueños y alcanzar su máximo potencial.
Esta nueva iniciativa refleja el compromiso de Juan con su comunidad y su firme creencia en el poder del amor y la solidaridad para transformar vidas. Con la Fundación Juan Aguirre, espera hacer una diferencia significativa en la vida de aquellos que enfrentan obstáculos similares a los que él ha superado con valentía y determinación.
Su lema de vida, inspirado en un poema de Mario Benedetti, es un recordatorio constante de la importancia de la perseverancia y la fe en uno mismo: “No te rindas, por favor no cedas”. Con esta filosofía como guía, Juan Aguirre continúa siendo un ejemplo de esperanza y fortaleza para todos los que tienen el privilegio de conocer su historia.